Acabo de terminar de leer el libro The grace of enough, de Haley Stewart. En el libro la autora da ideas de cómo se puede vivir con menos en medio de una sociedad consumista y de esa manera poder vivir una relación más cercana con las personas queridas y con Dios.

Haley Stewart y su marido Michael vivían en Florida y tenían tres hijos. Michael tenía un trabajo como informático que les permitía vivir y pagar sus gastos, pero decidieron irse un año a una granja para vivir una experiencia más cercana a la naturaleza y alejarse de una vida que aunque tenía una cierta comodidad, no les satisfacía.
Contando su experiencia, Haley nos invita a los lectores a abandonar una cultura del consumismo en la que todo (incluidas las relaciones personales) son de usar y tirar. Muestra cómo se puede vivir con menos, de una forma sencilla y dedicando el tiempo a lo que realmente importa y llena en esta vida: las relaciones con las personas (humanas y divinas).
Abandonar las seguridades que «ofrece» el mundo y fiarse de la providencia divina, buscar la sencillez y así cuidar la naturaleza, redescubrir la belleza (que salvará al mundo) y hacer del hogar una prioridad son las ideas que desarrolla en la primera parte del libro.
La segunda parte la dedica a dar ideas sobre cómo establecer unas relaciones más auténticas con las personas, a través de la comida, la hospitalidad y el preocuparnos por la comunidad de personas que viven a nuestro alrededor. Invita a tener una vida más abierta para vencer el individualismo que está matando a la sociedad y a las personas. Incluso habla de cómo internet puede ayudarnos a esto si sabemos usarlo bien.
En la tercera parte la autora se centra en el hogar y cómo conseguir las cosas que ha dicho antes en la familia, y cómo ellos lo van consiguiendo (aunque no siempre, y dice que ella no es ejemplo de nada).
Varios puntos que me han gustado del libro son los siguientes:
- No intenta establecer una única forma de vivir los consejos que da. La autora cuenta su experiencia siendo una familia de Estados Unidos, que se va durante un año a una granja en la que no tienen ni siquiera un inodoro con agua corriente (insiste mucho en este hecho), o cómo ella trabaja ahora desde casa escribiendo un blog, pero dice que no es la única manera de vivir una relación más desapegada con las cosas y de procurar una relación más estrecha entre los miembros de una familia.
- No es radical es sus propuestas, sino que invita a hacer lo que cada uno puede:
No te desanimos cuando no puedas hacer «lo perfecto». Cuestiones de presupuesto, falta de tiempo y otras dificultades pueden hacer que sea imposible conseguir siempre las cosas perfectas para el medio ambiente. No dejes que esto te desanime para hacer pequeños cambios. Igual no puedes permitirte comprar carne de un granjero local, por ejemplo. Pero en vez de desanimarte porque esto no esté a tu alcance, piensa algunos pequeños pasos que puedas hacer: hacer una comida vegetariana a la semana, evitar comprar carne de grandes industrias una semana al mes, o cosas de este estilo. Dios conoce las dificultades que atraviesa tu familia. Todo lo que te pide es que seas fiel, haz lo que puedas cuando puedas.
Me parece que este libro es un soplo de aire fresco: presenta una forma de vida valiente y audaz para contrarrestar la cultura consumista que nos rodea. Muchas de las cosas que propone las puede compartir cualquier persona, sea creyente o no, pero también muestra cómo el mensaje de Jesucristo lleva a plenitud los pequeños pasos que podemos dar cada uno.
Un libro recomendable para todas las personas que viven en nuestra sociedad y que están hartas de tener que plegarse a los estándares sociales que no llenan de plenitud la vida y que quieren comenzar a vivir de una forma nueva y plena.
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